Los visitantes voluntarios hablan su lengua materna. Participan en su vida cotidiana, aportan variedad y contribuyen a la alegría de vivir.
Las personas que emigraron a Suiza hace mucho tiempo ya son mayores de edad. El intercambio en la lengua materna y los contactos sociales son importantes para creer una sensacion de contentamiento en la tercera edad.
José-Luis vino a Suiza hace cincuenta años. Hoy vive solo; su esposa murió hace tres años. La pareja no tenía hijos. Los contactos sociales disminuyeron desde la muerte de su esposa. La vida cotidiana de José-Luis se ha vuelto más colorida gracias al servicio de visitas para personas mayores de lengua extranjera de la Cruz Roja de Baselland. Javier se ha retirado recientemente. Buscaba una ocupación significativa para sí mismo y la encontró en la Cruz Roja de Baselland. Una vez a la semana juegan los dos a las cartas, salen a pasear o analizan los partidos de La Liga. Los días son más cortos gracias a estas visitas.
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Su compromiso aporta color a la vida de los demás. Las conversaciones en la lengua materna crean un ambiente de hogar.
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